El alter ego: el artista no puede ser fan
Como la idea del Artista Romántico alejo a los artistas de su publico
Desde la creación del artista como un genio creativo con su visión romántica, dos momentos distintos que atribuyen al mismo proceso, el artista se convirtió en una especie de mártir que está por fuera de este mundo. Es un concepto extraño el que se creó, porque es una persona que abunda en sensibilidad y misticismo, pero a la vez es incapaz de conectar con terceros, e incluso consigo mismo, y vive en su propia cárcel mental. A esta marioneta, prototipo de artista tan lleno que está vacío y que es movido por los hilos de lo preestablecido, que realiza sus movimientos bajo las bases de lo orquestado, lo movilizan emociones negativas, de angustia, soledad, obsesión y tormento.
Como es bien sabido en la cultura popular, y que se aleja de la realidad: todo aquel que sufre es incapaz de gozar. Bajo este pretexto, uno de los atributos de la marioneta es su máscara apática frente al mundo, porque ella no sabe más que crear y morir en cada talla. El artista no es más que un hacedor, su vida y deceso están dedicados a ello, no tiene tiempo para otra cosa. Sí, por algún motivo, algo ajeno le agrada, solo es alimento a su obra e historia de sufrimiento. El artista no tiene derecho al ocio y el placer indiscriminado, al menos que nutra a alguna especie de perversión.
Esta imagen del artista romántico, el cual me gusta considerar una marioneta, provoco que sea poco común ver a una artista fan de algo; suelen admitir que les gusta tal cantante o escritora, pero no como un fan lo haría, ruidosamente y sin vergüenza, compartiendo la felicidad sin filtros que sus obras provocan. Es verdad que no es exclusivo del artista, la imagen de profesional que se difunde tiene que ver con ser reservada y pulcro, lo suficiente brillante para que su imagen sea vista, aunque no contaminada por otros colegas. Más allá de que no estoy del todo de acuerdo con esta formalidad, porque en la mayoría de los casos es antinatural, en quien crea arte no tiene sentido.
El artista se forma por lo que se alimenta, conecta con el mundo a través de las emociones fuertes y tiene la libertad de poder manejarse por fuera de los códigos oficinistas. Los fans nacen a partir de los artistas, si no son ellos quienes difunden y se permiten ver de esa forma, ¿quién más lo hará? Entre toda la privacidad que es necesaria para quien está en el ojo público, mostrarse como fanáticos es la forma más económica y sincera de establecer una relación con su público.
No solo mostrarse de una forma terrenal, incluso en ese fanatismo cegador, es inspirador para quienes sueñan seguir sus pasos, sino que su popularidad ayuda a dar a conocer a artistas poco conocidos.
La palabra artista lleva mucha historia, prejuicios, mentiras y verdad; es difícil dar cuenta de todo eso, pero al hacerlo ganamos libertad como humanos. Renunciamos a ser marionetas y nos dejamos ser seres sensibles con la complejidad que constituye. El artista no necesita sufrir o mostrarse perfecto para ser válido en su profesión.
¡Buenas tardes, buenos días, buenas noches! ¿Cómo están?
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